sábado, 14 de enero de 2012

A ver qué pasa...

Escondidas en el ocaso de mi alma, se encuentran palabras sedientas de luz y esperanza aguardando su hora fatídica. Quizás sólo deseo caminar, dar un paso tras de otro sin buscar un "por qué" o un "hacia dónde", mientras voy desarmándome y dejo atrás los restantes fragmentos de lo que alguna vez fui.
¿Recordarás mi nombre al final del día? Cuando todo esté perdido y la inmensidad de la noche me reclame, cuando por fin sea uno con el pasado y no quede otro vestigio que una promesa rota en medio de un mar de lágrimas. Es posible que en ese momento yo recite un poema lúgubre en el funeral de un sueño roto, o tal vez siga contemplando obsesivamente el abismo infinito que se extiende al borde de mi realidad; anhelando perderme en mi locura errante y adictiva.
Cederé a mis deseos, complaceré a todos mis demonios y daré algo de paz a mi espíritu atormentado. Dejaré que el influjo de las pasiones se evapore a través de mis sangrantes muñecas, hasta el momento en que me arrepienta y admita mi derrota absoluta; lamiendo mis heridas mientras me alejo deshonrado.
Un hombre sin destino y sin guía yendo hacia adelante por puro afán, tal vez consiga llegar a algún lugar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario