sábado, 14 de enero de 2012

A ver qué pasa...

Escondidas en el ocaso de mi alma, se encuentran palabras sedientas de luz y esperanza aguardando su hora fatídica. Quizás sólo deseo caminar, dar un paso tras de otro sin buscar un "por qué" o un "hacia dónde", mientras voy desarmándome y dejo atrás los restantes fragmentos de lo que alguna vez fui.
¿Recordarás mi nombre al final del día? Cuando todo esté perdido y la inmensidad de la noche me reclame, cuando por fin sea uno con el pasado y no quede otro vestigio que una promesa rota en medio de un mar de lágrimas. Es posible que en ese momento yo recite un poema lúgubre en el funeral de un sueño roto, o tal vez siga contemplando obsesivamente el abismo infinito que se extiende al borde de mi realidad; anhelando perderme en mi locura errante y adictiva.
Cederé a mis deseos, complaceré a todos mis demonios y daré algo de paz a mi espíritu atormentado. Dejaré que el influjo de las pasiones se evapore a través de mis sangrantes muñecas, hasta el momento en que me arrepienta y admita mi derrota absoluta; lamiendo mis heridas mientras me alejo deshonrado.
Un hombre sin destino y sin guía yendo hacia adelante por puro afán, tal vez consiga llegar a algún lugar.

domingo, 26 de junio de 2011

Desvaríos y desencantos.

Luchando por no desfallecer, intento mantener firme mi resolución para afrontar el día de mañana con serenidad. Se cierne sobre mí la sed de la desesperación, mi frustración crece; no sé hasta que punto resistiré.
Al sonido de una canción conocida, dejo ir mis quejas en silencio y caigo hacia los límites de lo que palpan mis sentidos. Esas notas tranquilas someten mi ansiedad, permiten tolerar todo por un momento más y así existo en el mundo de los hombres durante instantes de musicalidad. Soy la melodía que sonará cuando te pintes de oscuridad, soy el soneto que escucharás cuando todo esté por derrumbarse.
Divago esperando el momento oportuno para convertirme en lluvia, me haré uno con el suelo que palpita debajo de mis pies e iré hasta lo más profundo para escuchar el grito de vida de la tierra; así, recordaré que aún le pertenezco y luego dormiré para volver a olvidarlo.
Me deshago entre estas y otras ideas baratas, me distraigo con tonterías; todo se vale cuando de matar el tiempo se trata y acepto perder mi sensatez a ratos, siempre y cuando esta irreverencia no me haga soñar con cosas imposibles que atormentan. Si eso ocurre debo escapar del ensueño a través de mi amargura, la cual es boleto sin retorno al despertar de mi letargo. Una inyección de veneno que mata la ilusión...
Desafortunado aquél que se evade de su presente, tarde o temprano será alcanzado y deberá pagar las consecuencias. Pago por mi debilidad, aunque en el fondo deseo huir una vez más.

lunes, 6 de junio de 2011

Pasado

Quédate ahí y deja de dañar mi presente
sólo eres un recuerdo que duerme en mi mente
una vez más te veo jugar con mi alma
apostarla, perderla, recuperarla y desarmarla

Nunca es suficiente el dolor ni el desprecio
saltamos igual hacia el fondo del precipicio
buscamos convertir la mentira en verdad
nos cegamos a la noción bella de falsa realidad

Ya no parece que mi tiempo avance
ni siquiera sé si vivo de trance en trance
eres reloj cuyas manecillas se detuvieron
pararon justamente donde hacerlo no debieron

Deberé ser de nuevo la sombra de su nombre?
posiblemente el mío propio deshonre
por ti que te haces llamar "cielo"
mientras trato alcanzarte en el sueño y el desvelo

Vivir con miedo de vivir
ir hacia adelante y no querer seguir
perderme en el rincón de mis despechos
verte venir y olvidarme de estos hechos

Cuando todo haya sucedido y vuelva a ver tu cara
todo sea silencio, ecos, vacío y más nada
después de todo escogiste tu sendero
y me perdí vagando en aquél aguacero

sábado, 28 de mayo de 2011

Untitled I

Se agitan los fantasmas, ruge el viento trayendo consigo las voces del pasado mientras me siento a contemplar el borde de lo que llamo "realidad". ¿A qué juega el destino? La ruleta nunca gira a mi favor.
Ilusiones que se suceden unas tras otras, falacia de los sentidos; nada hay más sensato que la locura misma cuando va acompañada de la desesperación. Si estuviera loco, no habría más verdad que la de mis fantasías, pero estando atrapado en esta realidad sólo puedo preguntarme hasta dónde llegará esta ironía que llamamos "vida".
No somos dueños de nosotros mismos, no mientras estamos atraídos por la fuerza de gravedad de otras personas. Esa fuerza que nos arrastra, nos lleva y nos trae; ese poder que al romperse nos deja vagando en un espacio infinito sin un lugar al cual aferrarnos. Somos la colección de los lazos que hemos roto a lo largo de nuestra existencia, somos la eterna destrucción de los demás mientras tratamos de mantener juntos nuestros propios pedazos.
Quizás debamos aprender a ser un poco egoístas, o sólo sea cuestión de practicar el tiro al blanco y empezar a disparar en todas direcciones para ver cuál de esas supuestas oportunidades que pasan sólo una vez podemos derribar. En un universo tan caótico como este pareciera que ese es el método más sensato para que las cosas funcionen, o acaben de descomponerse y se destruyan.
Si al final se regresan los efectos de las cosas que hacemos, entonces me complaceré en ver caer a unos cuantos. Incluso si debo lanzarme para contemplarlos desplomándose asustados hacia las profundidades que conozco tan bien.

sábado, 23 de abril de 2011

Tormento de mi razón...

Esta noche me abandonó el sueño. No puedo dormir pues cierro mis ojos y veo pasar una tras otra las imágenes de mis errores. Al parecer soy muy bueno equivocándome, y una mala decisión me ha costado años de lamentos. Lo peor es que no tengo derecho de quejarme, lo merezco por haber permitido que mi arrogancia me cegara.
No puedo imaginar el dolor causado, no existe un lugar en el mundo donde pueda esconder mi vergüenza o callar los gritos de mi culpa. Quiero desaparecer estos pensamientos que me arrastran, quiero borrar este miedo de vivir sabiendo que aún cometeré otras equivocaciones que se cobrarán de mi carne y espíritu.
He sido un hipócrita pregonando principios falsos y mi honor, si es que alguna vez existió, ha sido manchado por mi estupidez. Una vez más he visto como algunos seres humanos se complacen en creencias vanas, dejándose caer en el remolino del egoísmo; a fin de cuentas, soy parte de lo que tanto odio.
La vida no me dará la oportunidad de redimirme. Mi pecado es tan grande que hoy, incluso mi soledad y mi tristeza a quienes estoy tan acostumbrado, me traicionan y no quiero estar a solas conmigo mismo. Aborrezco mirar al espejo el rostro del culpable atroz de mi desgracia, preferiría quedarme ciego.
Seguirán chocando dentro de mí los pensamientos, seguiré siendo abofeteado por mi conciencia, renunciaré a mis falsos principios. No creo poder dormir bien esta noche, mientras siga espantándome tu recuerdo.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Anécdota Triste...

Tardé mucho tiempo en encontrar las palabras, o tal vez no quería decirlas. Mi tristeza no me dejó pensar con claridad, no podía dejar salir este dolor.
Apenas sintió la tierra el peso de tus pequeños pasos, sólo fuiste una gota en el mar de la eternidad, sólo te posaste aquí; y fue suficiente para que el mundo te mostrara su peor cara. Siento terror por el sufrimiento que padeciste y no puedo olvidar el escalofrío recorriendo mi cuerpo cuando escuché palabras que anunciaban la desgracia. Deseo no pertenecer a este lugar destinado a destruir las cosas puras.
Intenté ser fuerte mientras enterraba tu cuerpo destrozado y la lluvia se mezclaba con mis lágrimas. Me ahogué al darme cuenta que nunca recorrerías los tejados, ni contemplarías las estrellas, ni sentirías el calor humano.
Tuve que dejarte ir, mi pequeño ángel sin rostro. Mi rabia, mi sed de venganza, mi impotencia; aún las siento palpitando debajo de la piel. No volveré a verte, no puedo retroceder el pasado, no puedo corregir mi error. Tontamente creí que los seres que te invocaron serían tus guardianes; confié estúpidamente y tú pagaste el precio de mi descuido. Ellos ni siquiera tuvieron el valor de darte descanso; no les importaste. Al mundo no le importaste, fuiste otra criatura desafortunada.
Al menos quiero que una parte de ti siga viva en mis palabras, como recordatorio triste de lo egoístas que pueden ser los vivos y lo lamentable que es la muerte de un inocente.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Carta a la ausencia...

Préstame un poco de la esperanza que te sobre, y regálame algo de tu presencia en mi espacio. No creo estar pidiendo demasiado, sólo lo suficiente para respirar una vez más; sólo lo que necesito para un último aliento. El abismo de mi realidad crece cada día, me pierdo en la locura mientras la vida pasa y ansioso aguardo en las tinieblas de mi desesperanza.
Destellos pasajeros me animan a levantarme e intentar avanzar, pero se apagan antes de encontrar un camino por el cual continuar. Entonces tropiezo, caigo y reniego mi destino. Desearía poder llegar a algún sitio, quisiera pertenecer a algún lugar...
¿Qué es un hombre sin recuerdos? Cascarón vacío, carente de todo valor. Aún así, no puedo evitar sentirme triste al mirar hacia atrás e intento escudarme en el olvido. Las manecillas del reloj avanzan, poco a poco marchitan mi alma, me arrastran inexorablemente y me convierten en un kamikaze dispuesto a estrellarse en la soledad y el vacío.
Impotente me siento, y lucho en una guerra contra el desdén. Mis heridas son condecoraciones que me harán digno de encontrarte. Lágrimas miles he derramado en tu búsqueda al haber creído que te hallé en rostros falsos. Pero aún creo en tí, te pienso siempre y confío en que aparecerás.
Sólo te pido que no sigas tardando tanto, pues me estoy derrumbando de a poco y no sé cuánto podré resistir. Estoy cansado, el mundo se viene encima y lucho con fuerza para seguir en pie.
Pelearé hasta el final, me mantendré sereno; prometí esperarte y cumpliré mi palabra. Si no puedo llegar a verte en esta vida, entonces espero ver tu sonrisa en la próxima. Escribo esta carta para que cuando la leas sepas que una noche no tuve otra manera de seguir adelante, que necesité decirte todas estas palabras aunque no estuvieras aquí. Deseaba poder abrazarte y ver la luz de tus ojos, hubiese dado todo por poner mi cabeza sobre tu regazo para llorar en tu compañía, en vez de sentirme así de miserable.
Este momento no morirá como los demás, se quedará conmigo hasta que pueda compartirlo contigo. Vivirá en estas líneas y permanecerá inmóvil en el tiempo.